septiembre 19, 2010

Escuela Sabatica. Leccion 13, Tercer Trimestre 2010, "Todo el resto es Comentario"

Lección 13: para Septiembre 25

"Todo el resto es Comentario"

Sábado 18º de Septiembre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Romanos 14-16.


PARA MEMORIZAR:

Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo” (Romanos 14:10).


ALGUIEN PIDIÓ A UN RABINO
de la antigüedad que explicara el significado de la Torah mientras se mantuviera parado en un solo pie. “No hagas a otro”, dijo el rabino, “lo que te parezca dañino; eso es toda la Torah. Todo el resto es comentario”.

Estés de acuerdo o no con su declaración, tiene su valor. Hay aspec­tos de la fe que son fundacionales y otros son “comentarios”. Considera­remos algunos de esos “comentarios”. Lo que Pablo presentó antes estaba concentrado en los principios fundamentales de la salvación. ¿Cuál es el rol de la ley –ya sea todo el sistema del Antiguo Testamento o solo los Diez Mandamientos– en la salvación? Pablo deseaba definir cuáles son los fundamentos por los cuales Dios acepta a una persona. Quizás eso podría resumirse en la pregunta del carcelero: “¿Qué debo hacer para ser salvo?” (Hechos 16:30).

Después de explicar esto, Pablo se ocupa de hacer algunos “comenta­rios”. Aunque es muy fuerte en algunos puntos, en otros toma una actitud más libre. Hay cosas no esenciales, como si fueran “comentarios”. Aunque había problemas que no eran vitales, la actitud mutua de los cristianos al tratar estos problemas sí lo era.


Domingo 19 de septiembre

EL HERMANO DÉBIL

En Romanos 14:1 al 3, la pregunta es sobre el comer carnes que habían sido sacrificadas a los ídolos. El Concilio de Jerusalén (Hechos 15) había determinado que los conversos gentiles debían abstenerse de tales comidas. Pero siempre estaba la pregunta acerca de si la carne que se ven­día en el mercado público procedía de animales sacrificados a los ídolos o no (ver 1 Corintios 10:25). A algunos cristianos no les preocupaba esto; otros, si estaban en duda, comían verduras. El problema no tenía nada que ver con el vegetarianismo ni la vida saludable. Pablo tampoco está insinuando que la distinción entre carnes limpias e inmundas se había abolido. Este no es el tema en consideración. Si las palabras “uno cree que se ha de comer de todo” (Romanos 14:2) se tomaran como que ahora podía comerse cualquier animal, limpio o no, se las estaría aplicando mal. La compara­ción con otros pasajes del Nuevo Testamento impide tal aplicación.

Recibir” al débil en la fe significaba otorgarle plena feligresía y es­tatus social. No se debía discutir con la persona, sino permitirle tener su opinión sobre este asunto.

¿Qué principio debemos tomar de Romanos 14:1 al 3?

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Es importante notar que Pablo, en el versículo 3, no habla negati­vamente del hermano “débil en la fe”, ni le da consejos acerca de cómo llegar a ser fuerte. En lo que respecta a Dios, el cristiano excesivamen­te escrupuloso (aparentemente juzgado como muy escrupuloso, no por Dios, sino por los demás cristianos) es aceptado. “Dios le ha recibido”.

¿De qué modo Romanos 14:4 amplía lo que acabamos de consi­derar?

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Aunque necesitamos recordar los principios que vimos hoy, ¿no hay acaso momentos y lugares en los que necesitamos juzgar, no el cora­zón de una persona, pero sí sus actos? ¿Hemos de hacernos a un lado y no decir ni hacer nada en toda situación? Isaías 56:10 describe a los atalayas como “perros mudos, no pueden ladrar”. ¿Cómo podemos saber cuándo hablar y cuándo mantener silencio? ¿Cómo logramos un equilibrio correcto?



Lunes 20 de septiembre

CON LA MEDIDA CON QUE MEDÍS

Lee Romanos 14:10. ¿Por qué debemos ser cuidadosos acerca de juzgar a otros?

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A veces juzgamos a otros severamente, y a menudo por lo mismo que hacemos nosotros. Sin embargo, lo que hacemos no nos parece tan malo como cuando lo hacen otros. Nuestra hipocresía puede engañarnos, pero no a Dios. “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque [...] con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?” (Mateo 7:1-4).

¿Cuál es la importancia de la declaración del Antiguo Testamento que cita Pablo? Romanos 14:11.

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Isaías 45:23 apoya la idea de que todos seremos juzgados. “Toda rodi­lla” y “toda lengua” individualizan la orden. Cada uno tendrá que respon­der por su propia vida y sus propias acciones (versículo 12). En este sentido, no somos guardas de nuestro hermano.

Recordando el contexto, ¿cómo entiendes lo que Pablo dice en el versículo 14?

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Todavía habla de los alimentos sacrificados a los ídolos. El problema no es la distinción entre alimentos limpios e inmundos. Pablo está dicien­do que no hay nada de malo, en sí mismo, en comer algo que fue ofrecido a los ídolos. ¿Qué es un ídolo? Nada (1 Corintios 8:4). ¿A quién le preocupa si algún pagano ofreció la comida a una estatua de una rana o un toro?

Sin embargo, no se debería obligar a una persona a violar su concien­cia, aunque su conciencia sea muy sensible. Aparentemente, los herma­nos “fuertes” no entendían esto. Ellos despreciaban la escrupulosidad de los hermanos “débiles” y les ponían piedras de tropiezo.

¿Podrías, en tu celo, estar en el peligro que Pablo está denunciando? ¿Por qué debemos ser cuidadosos en no ser conciencia para otros, no importa cuán buenas sean nuestras intenciones?



Martes 21 de septiembre

NO OFENDER

Lee Romanos 14:15 al 23 (ver también 1 Corintios 8:12, 13). Resume lo que Pablo está diciendo. ¿Qué principio podemos obtener de este pasaje para aplicar a nuestra vida?

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En los versículos 17 al 20, Pablo pone varios aspectos del cristia­nismo en su debida perspectiva. Aunque la dieta es importante, los cris­tianos no deberían pelear por la elección de comer verduras en vez de carne que podría haber sido sacrificada a los ídolos. En cambio, deberían concentrarse en la justicia, la paz y el gozo en el Espíritu Santo. ¿Cómo podríamos aplicar esta idea en nuestra iglesia hoy? Por más que el men­saje pro salud, y especialmente las enseñanzas sobre la dieta, pueden ser una bendición para nosotros, no todos ven el tema del mismo modo, y debemos respetar esas diferencias.

En el versículo 22, luego de decir que debemos permitir que la gente siga su propia conciencia, Pablo añade una advertencia muy interesante: “Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba”. ¿Cómo equilibra esto el resto de lo que dice en este contexto?

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¿Has escuchado que alguien diga: “A nadie le importa lo que yo coma o lo que vista o en qué clase de entretenimiento participo”? ¿Es realmente así? Ninguno de nosotros vive en el vacío. Nuestros actos, pa­labras, acciones, y aun nuestra dieta pueden afectar a otros, para bien o para mal. No es difícil ver cómo. Si alguien que te admira te ve haciendo algo “malo”, podría ser influenciado por tu ejemplo a hacer lo mismo. Nos autoengañamos si pensamos de otro modo. Argumentar que no forzaste a la persona a hacerlo no viene al caso. Como cristianos, tenemos una res­ponsabilidad mutua, y si nuestro ejemplo puede desviar a alguno, somos culpables.


¿Qué clase de ejemplo presentas tú? ¿Te sentirías cómodo si otros, especialmente gente joven o creyentes nuevos, siguieran tu ejemplo en todas las áreas? ¿Qué dice tu respuesta acerca de ti?



Miércoles 22 de septiembre

LA OBSERVANCIA DE DÍAS

En el análisis acerca de no juzgar a otros ni ser una piedra de tropie­zo para los que ven tus acciones, Pablo plantea el problema de los días especiales que algunos querían observar y otros no.

Lee Romanos 14:4 al 10. ¿Cómo debemos entender lo que Pablo dice aquí? ¿Dice algo acerca del cuarto mandamiento?

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¿Qué días está mencionando Pablo? ¿Había una controversia en la iglesia primitiva sobre la observancia o no de ciertos días? Aparentemen­te, sí. Tenemos un indicio de ello en Gálatas 4:9 y 10, donde Pablo re­prende a los cristianos gálatas por observar “los días, los meses, los tiem­pos y los años”. Vimos en la Lección 2 que algunos habían persuadido a los cristianos gálatas a circuncidarse y a guardar la ley de Moisés. Pablo temía que estas ideas dañaran también a la iglesia de Roma. Pero tal vez a los judíos cristianos de Roma les podía ser difícil dejar de observar los festivales judíos. Pablo les dice: Hagan lo que gusten en este asunto; pero no juzguen a los que ven las cosas en forma diferente. Algunos cristianos, para estar seguros, observaban uno o más de los festivales judíos. El con­sejo de Pablo es: Dejen que lo hagan, si están convencidos de que deben hacerlo.

Ver el sábado semanal en Romanos 14:5, como algunos alegan, es injustificado. Pablo no pudo haber tomado esa actitud retrógrada hacia el cuarto mandamiento. Él enfatizó vigorosamente la obediencia a la ley, de modo que no pondría el mandamiento del sábado al mismo nivel que la preocupación por comer algo que podría haber sido ofrecido a los ídolos. Aunque algunos usan estos textos para mostrar que el sábado no está vigente, los textos no dicen nada de eso. Usarlos de este modo es un buen ejemplo de lo que Pedro advirtió que la gente hacía con los escritos de Pablo: “Casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2 Pedro 3:16).


¿Cuál ha sido tu experiencia con el sábado? ¿Ha sido la bendición que debe ser? ¿Qué cambios puedes hacer para experimentar plena­mente lo que Dios te ofrece el sábado?



Jueves 23 de septiembre

BENDICIÓN FINAL APROPIADA

Lee Romanos 15:1 al 3. ¿Qué importante verdad cristiana hay aquí?

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Según estos textos ¿qué significa ser un seguidor de Jesús?

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¿Qué otros versículos enseñan la misma idea? ¿Cómo puedes vivir estos principios?

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Al finalizar la epístola, ¿qué bendiciones expresa Pablo? Romanos 15:5, 6, 13, 33.

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El Dios de la paciencia es el Dios que ayuda a sus hijos a soportar con perseverancia. (“Paciencia”, hupomoné, significa “resistencia perseve­rante”). La palabra “consolación” puede ser traducida como “ánimo”. El Dios del ánimo es el que anima. El Dios de esperanza es el que da espe­ranza. Del mismo modo, el Dios de paz es el que da paz.

¡Qué bendiciones apropiadas en una carta cuyo tema dominante es la justificación por la fe: resistencia, esperanza, paz! ¡Cuán urgentemente necesita estas cosas nuestro mundo actual!

Después de muchos saludos personales, ¿cómo concluye Pablo su epístola? Romanos 16:25-27.

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Pablo concluye con una alabanza a Dios. Los cristianos romanos, y todos los demás, pueden confiar en Dios y confirmar su relación de hijos e hijas redimidos, justificados por fe y conducidos por el Espíritu de Dios.

Pablo se emociona al proclamar esas gloriosas noticias, y las llama “mi evangelio” porque él las anuncia. Él confirma lo que había sido esta­blecido por Jesús y por los profetas. Fue guardado en secreto, no porque Dios quisiera esconderlo, sino porque los hombres, al rehusarlo, impidie­ron que Dios les diera luz adicional. Más aún, los hombres no habrían podido captar algunos aspectos hasta que el Mesías hubiera venido. Él mostró cómo es Dios, pero también lo que podemos llegar a ser si nos aferramos al poder divino. La nueva clase de vida sería una de “obediencia a la fe”; o sea, obediencia por fe en el Señor, quien por su gracia justifica a los pecadores que se lo piden.


Viernes 24 de septiembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “El amor por los que yerran”, Joyas de los testimonios, tomo 2, pp. 247-249; El ministerio de curación, p. 123; el Comentario bíblico adventista, tomo 6, p. 715; y “La unidad y el amor en la iglesia”, Testimonios para la iglesia, tomo 5, pp. 451-453.

Se me mostró el peligro del pueblo de Dios cuando mira a los her­manos White y cree que deben acudir a ellos para llevarles sus cargas y pedirles consejo. Esto no debe ser así. El compasivo y amante Salvador los invita a acudir a él cuando están trabajados y cansados, y los hará descansar. [...] Muchos nos preguntan: ‘¿Puedo hacer esto?’ ‘¿Debo hacer o no este negocio?’ O, con respecto a la ropa: ‘¿Puedo usar este vestido o el otro?’ Les respondo: ‘Ustedes pretenden ser discípulos de Cristo. Estudien la Biblia. Lean cuidadosamente y con oración la vida de nuestro querido Salvador cuando moró entre los hombres sobre la tierra. Imiten su vida y así no se apartarán de la senda estrecha. Rehusamos enfática­mente ser conciencia para ustedes. Si les dijéramos exactamente lo que tienen que hacer, nos mirarían para que los condujéramos, en lugar de acudir directamente a Jesús por sí mismos’ ” (Testimonios para la iglesia, tomo 2, p. 108).

Pero no hemos de colocar la responsabilidad de nuestro deber en otros, y esperar que ellos nos digan lo que debemos hacer. No podemos depender de la humanidad para obtener consejos. [...] Los que decidan no hacer, en ningún ramo, algo que desagrade a Dios sabrán, luego de presentarle su caso, exactamente qué conducta seguir” (El Deseado de todas las gentes, p. 622).

Siempre ha habido en la iglesia quienes tienden constantemente a la independencia individual. Parecen incapaces de comprender que la independencia de espíritu puede inducir al agente humano a tener de­masiada confianza en sí mismo, y a confiar en su propio juicio más bien que respetar el consejo y estimar debidamente el juicio de sus hermanos” (Los hechos de los apóstoles, p. 135).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

Por lo estudiado esta semana, ¿cómo encontraremos el equilibrio correcto como cristianos en:

a) ser fieles a lo que creemos, sin juzgar a otros que ven las cosas en forma diferente?

b) ser fieles a nuestra propia conciencia y no buscar ser conciencia para otros, y al mismo tiempo procurar ayudar a quienes creemos que están en el error?

c) ser libres en el Señor y, no obstante, darnos cuenta de nuestra responsabilidad de ser buenos ejemplos para quienes nos observen?

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