mayo 30, 2010

Escuela Sabatica. Leccion 10, para el 5 de Junio 2010

Lección 10: Mayo de 2010

Integridad: Totalidad
y Sanidad

Sábado 29º de mayo


LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 39:6-12; 2 Samuel 24:1-10; Daniel 6:1-11; Romanos 1:26, 27; Efesios 3:14-21.

PARA MEMORIZAR:

Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros” (Tito 2:7, 8).


UNOS NIÑOS BULLICIOSOS DISTRAÍAN al predicador y, para peor, eran sus propios hijos. Finalmente, detuvo su prédica y dijo a los niños que serían castigados cuando terminara el culto. El silencio cayó sobre todos los presentes. El culto terminó, y el almuerzo del sábado fue delicioso.

Esa noche fue placentera en el hogar. La hijita, sintiéndose libre, vino a su padre predicador:

¿Papi?– le dijo.

Sí, querida– le respondió. Ella continuó:

Hoy tú prometiste que me castigarías y no lo hiciste. Dijiste una mentira.

No hay dudas, es mucho más fácil hablar de integridad que demos­trarla. Aun el “mejor” de nosotros falla a menos que sea muy cuidadoso. Realmente, “en las cosas más pequeñas” es fácil errar.

Esta semana consideraremos este tema y cómo impacta en nuestras vidas en diversos niveles.

UN VISTAZO A LA SEMANA: La integridad moral impacta en nuestra salud espiritual, mental y física.


Domingo 30 de mayo

JESÚS EN EL DESIERTO

Transigir es muy fácil, ¿verdad? Especialmente cuando uno es ma­yor, las cosas no parecen blancas o negras, como una vez nos pareció. Cedemos un poco aquí, otro poco allá, y nos afirmamos en una nueva posición. Entonces, con el tiempo, cedemos un poco aquí, otro poco allá, y nos afirmamos en la posición más nueva. Luego, con el tiempo, desde esta última posición, cedemos un poco aquí, un poco allá, y luego nos afirmamos. Antes de mucho, nos encontramos en un lugar en el que una vez ni hubiéramos soñado que estaríamos. Así, transigimos.

Y, aunque a veces necesitamos aflojar un poco y estar dispuestos a ceder aquí y allá, a menudo lo hacemos en las cosas en las que no debe­ríamos ceder nada.

Lee Mateo 4:1 al 11. Cuando Satanás tentó a Jesús en el desierto, ¿cuá­les fueron las tres avenidas de tentación con las que se acercó a Jesús? ¿Cómo venció Jesús esas tentaciones, y qué nos enseña este informe?

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Satanás encontró que Jesús era como una pared impenetrable. No importa cómo lo intentó, fracasó en conseguir que Jesús transigiera en algo. Jesús era inexpugnable, como lo fue la Gran Muralla China durante siglos. Solo que él fue mejor. Porque la Gran Muralla una vez fue pene­trada. ¿Qué sucedió? ¡Alguien sobornó al portero! Todo ese trabajo, todas esas piedras llegaron a ser casi inútiles cuando un solo guardia dejó de cumplir con su misión.

Sí, transigir es fácil. Demasiado fácil. Satanás trabajará por medio de nuestro apetito, nuestra presunción y nuestro orgullo, y nuestro deseo de cosas mundanas; por cualquier avenida, a fin de hacernos pecar, de que violemos nuestra integridad y nos apartemos de Jesús. No solo necesita­mos conocer sus ardides, sino también saber cómo reclamar las promesas de Dios y no ser seducidos a hacer lo que sabemos que está mal. Solo por medio de una confianza firme y constante en el poder de Dios, y una disposición a morir al yo, podemos vencer.


¿En qué áreas de tu vida has transigido y dejado de hacer lo que es correcto? ¿Cómo te sentiste la primera vez que lo hiciste? ¿Te mo­lesta menos ahora que la primera vez? ¿O ya no te molesta más?



Lunes 31 de mayo

MANTENER LA INTEGRIDAD

Hay muchas tentaciones que a menudo llevan a transigir en lo moral. ¿Cuán fácil es para una persona empleada, que viaja, informar más gastos que los reales? ¿Cuán fácil es para un hombre dar unas cortas miradas a la pornografía en Internet? ¿Cuán fácil es para los niños decir una mentira a sus padres? ¿Cuán fácil es hacer trampa con los impuestos? ¿Cuán fácil es comer o beber demasiado? ¿Cuán fácil es hacer trampa en la escuela? ¿Cuán fácil es...? Y la lista sigue, y sigue y sigue.

Lee los pasajes indicados abajo. ¿De qué modo podrían estos hom­bres haber violado muy fácilmente su integridad? ¿Qué podemos apren­der de estas historias? Al leer cada informe, piensa en el trasfondo de esas tentaciones, piensa en todas las presiones que sufrieron estos hom­bres para transigir, piensa en cuán fácilmente podrían haber racionaliza­do su elección.

Génesis 39:6-12 ______________________________________________________

1 Samuel 24:1-10 ____________________________________________________

Daniel 6:1-10 _________________________________________________________

Si somos honestos con nosotros mismos, muchos admitiremos que engañamos, que no somos transparentes en muchos de nuestros tratos. Algunas veces no decimos una mentira, pero no transmitimos exacta­mente la verdad. Podemos creer que ser francos no ayuda en alguna situa­ción. Tal conducta puede encontrarse en muchas áreas de la vida. ¿Cuáles son algunas maneras en las que elegiste la conveniencia en vez de la ho­nestidad? ¿Por qué es tan fácil hacerlo?


Piensa acerca de un personaje no bíblico, de la historia, o de las no­ticias, o de tus conocidos personales, a quien consideras una persona íntegra. ¿Cuáles son los rasgos que esa persona tiene que tú desea­rías tener? ¿Cómo puedes imitar esos rasgos en tu propia vida?



Martes 1º de junio

INTEGRIDAD EN NUESTRA VIDA ESPIRITUAL

Un joven compró de segunda mano una lancha de placer con un buen motor y el remolque para llevarla. La unidad parecía en buen esta­do, y no fue demasiado costosa. Ansioso de probar su nueva adquisición, invitó a unos amigos a dar una vuelta en la lancha. Navegaba bien, y el grupo se dirigió a una islita a poca distancia de la costa.

Bajaron, exploraron la isla y se embarcaron para volver a casa. A poco de salir, un sonido los alertó y vieron que estaba entrando agua. Poco después, la lancha se dio vuelta, y los tres amigos se encontraron en el agua helada. Alguien los rescató e impidió otras repercusiones. ¿Qué había ocurrido? Una sola madera en mal estado en el fondo del casco que, con la acción de las olas en la orilla, se había partido, y eso fue suficiente para volcar la lancha.

¡Cuán parecido es esto a lo que pasa en nuestras vidas! Podemos ser fieles, firmes y estables y, no obstante, si no entregamos un área de la vida al Señor, una sola área pecaminosa a la que nos aferramos, podemos tener dificultades morales, espirituales y aun físicas.

Lee Efesios 3:14 al 21. ¿Qué enseña Pablo aquí? ¿De qué modo esto tiene influencia sobre nuestra integridad personal? ¿Cómo experi­mentamos estas promesas en nuestras vidas?

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Se nos promete mucho en estos textos. El Espíritu Santo puede fortalecernos y puede cambiarnos, no como una cirugía estética, sino como una cirugía del corazón, que actúa dentro de nosotros. Y ese cambio se realiza por la fe, al conocer el amor de Dios por nosotros. Dios procura una transformación completa en nuestras vidas, que seamos “llenos de toda la plenitud de Dios”. Nota que, a diferencia de la autoayuda y las filosofías de la Nueva Era, Pablo no dice que aprovechemos algún poder innato que hay dentro de nosotros. No, es el poder de Dios, quien puede hacer más de lo que pedimos o pensamos.

La pregunta es: ¿Le estamos permitiendo actuar o permitimos que nos gobierne nuestra naturaleza carnal?


¿Qué significa “llenos de toda la plenitud de Dios”? Prepá
rate para dar tu respuesta en la clase.


Miércoles 2 de junio

INTEGRIDAD SEXUAL

Lee Romanos 1:26 y 27; 1 Corintios 6:15 al 18; 1 Tesalonicenses 4:3; y Judas 7. ¿Cuál es el mensaje básico para nosotros hoy?

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La joven María fue a la universidad. Salía por primera vez de su casa por un período largo. Aunque sabía lo que la Biblia y su iglesia decían acerca de la inmoralidad sexual, se encontró en situaciones en las que la presión fue muy fuerte. Sabía que eso era malo, y que Dios tenía algo me­jor para ella. Al principio se mantuvo firme y resistió. Luego, lentamente, comenzó a transigir. Al comienzo, la culpabilidad era terrible; pero con el tiempo dejó de molestarla, hasta que encontró que tenía una enfermedad de transmisión sexual. Solo entonces comenzó a meditar en la realidad de sus errores.

La inmoralidad sexual es pecado, y el pecado daña nuestra relación con Dios y con los demás. Pero hoy puede ser un riesgo físico muy real. Hay numerosas enfermedades de transmisión sexual, desde el herpes has­ta el VIH/Sida, que son físicamente devastadoras. La manera más segura de protegerse de estas dolencias es seguir los principios bíblicos acerca de la moralidad sexual. El placer sexual está creado para el hombre y para la mujer solamente dentro del ámbito del matrimonio. Cualquier otra cosa está fuera del plan de Dios y está mal; aún peor, puede conducir a consecuencias físicas muy serias.

Y no solo afecta lo físico. La carga emocional puede ser terrible, en especial para las damas, sobre las cuales cae el estigma de la inmoralidad sexual más pesadamente, aunque esto sea injusto. Aun algunas organiza­ciones seculares afirman que la abstinencia sexual fuera del matrimonio es la mejor elección que una persona puede hacer.

Otra preocupación, hoy, es el tema de la pornografía, que con Inter­net es más frecuente ahora que antes. Millones de vidas han sido arruina­das por esta terrible plaga. Hay ayuda para los que caen en ella, pero para muchos la vergüenza es grande y no piden la ayuda que necesitan.


¿Cuáles son tus tentaciones, luchas, frustraciones y temores en esta área específica de la vida humana? Cualquiera que sea tu situación, ¿cómo puedes aprovechar las promesas de Dios para que te ayuden a vencer?


Jueves 3 de junio

PRACTIQUEMOS LO QUE CREEMOS

En Romanos 12:1 y 2, Pablo suplica a los creyentes que se presenten en forma total al Señor para el servicio. Se requiere integridad en cada parte del todo: cuerpo, mente y espíritu.

Algunos comprenden la importancia de mentes puras, pero se des­cuidan en lo físico. Ya vimos que nuestros cuerpos son dones de Dios, y por eso Dios nos ordena que los cuidemos.

La integridad requiere que nuestros actos reflejen nuestras creencias. La ciencia médica enseña que el ejercicio es importante para el cuerpo; y mostramos falta de integridad si descuidamos darle al cuerpo el ejercicio necesario. El agua pura y cantidades moderadas de luz solar son muy beneficiosas. Si conocemos estas cosas, debemos hacerlas.

Hoy que la obesidad azota a muchas naciones, pocos negarían el daño de la glotonería. Debemos hacer buenas elecciones de cuánta comi­da comemos y qué comemos, especialmente si tenemos problemas con el peso. Casi todos reconocen el tabaco como un asesino muy agresivo. El uso del alcohol, la marihuana, la cocaína y otras drogas han arruinado las vidas productivas de millones. La señora de White ya no es la única que aboga en favor de las frutas y las verduras, de los granos enteros y las nueces. Aun los gobiernos recomiendan reducir el consumo de muchos alimentos basados en carne con alto contenido graso. ¡Cuánto mejor es seguir una dieta vegetariana!

La verdadera religión y las leyes de la salud se relacionan estre­chamente. Es imposible trabajar para la salvación de los hombres y las mujeres sin presentarles la necesidad de romper con las complacencias pecaminosas que destruyen la salud, degradan el alma e impiden que la verdad divina impresione la mente. A hombres y mujeres debe enseñár­seles a considerar cuidadosamente todo hábito y toda práctica, y a des­cartar inmediatamente todas las cosas que crean una condición malsana en el cuerpo y así ensombrecen la mente. Dios desea que sus portaluces sostengan siempre un alto ideal. Por el precepto y el ejemplo, deben tener su norma perfecta muy superior a la falsa norma de Satanás que, si se la sigue, producirá miseria, degradación, enfermedad y muerte tanto para el cuerpo como para el alma” (Consejos sobre la salud, pp. 479, 480).


Repasa todos tus hábitos personales de salud. ¿Estás viviendo a la altura de la luz que conoces? Si no, ¿qué te impide hacer los cambios que solo te pueden hacer bien?


Viernes 4 de junio

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos” (La educación, p. 57).

Hay una obra que debemos hacer: una obra dura, ferviente. Todos nuestros hábitos, nuestros gustos e inclinaciones deben ser educados de acuerdo con las leyes de la vida y la salud. Por este medio debemos obte­ner las mejores condiciones físicas, y tener claridad mental para discernir entre el bien y el mal” (Consejos sobre el régimen alimenticio, p. 31).

Nuestro peligro no radica en la escasez, sino en la abundancia. Es­tamos siempre tentados a los excesos. Los que quieran preservar sus fa­cultades intactas para el servicio de Dios deben observar una estricta temperancia en el uso de los productos de la generosidad divina, así como abstenerse completamente de toda complacencia perjudicial y degradan­te” (Consejos sobre el régimen alimenticio, p. 32).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Considera esta última cita de la señora de White. ¿Qué quiere decir ella cuando escribe que nuestro peligro está en los excesos?

  2. La luz solar es importante para la buena salud. Sin embargo, aquí necesitamos equilibrio: unos pocos minutos de luz solar cada día pueden ser una gran bendición; por otro lado, la sobreexposición puede conducir a problemas de salud. ¿Cómo encontramos el equilibrio aquí, como en todo lo demás?

  3. ¿Qué puede hacer tu iglesia local para ayudar a los que tienen el problema del VIH/Sida en tu comunidad local? Aunque en algunas par­tes del mundo el problema es mayor que en otras, todos podemos hacer aunque sea una pequeña parte.

  4. ¿Qué puedes hacer para estimular a los jóvenes a abstenerse de la actividad sexual fuera del matrimonio? ¿Por qué esto es tan importante? ¿Cómo puede la iglesia ayudar, no solo en cuanto a la sexualidad, sino también acerca de otras cosas con las cuales luchan los jóvenes? ¿Cómo puedes ayudar a los jóvenes (o a los mayores) a hacer las decisiones co­rrectas acerca de las drogas, el alcohol y el tabaco? Una cosa es dar ad­vertencias severas; otra es realmente hacer cosas que los ayuden a evitar tomar decisiones equivocadas o darles ayuda cuando cometen errores.

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