mayo 25, 2011

Escuela Sabatica. Leccion 9 Segundo Trimestre 2011, "Un carbon encendido"

Lección 09: para Mayo 27

"
Un carbón encendido"

Sábado 21 de Mayo del 2011

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Zacarías 1-3; Apocalipsis 12:10; Éxodo 3:2-14; Efesios 2:8-10; Juan 14:15.

PARA MEMORIZAR:

Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala” (2 Corintios 7:10)

AUNQUE ES FÁCIL OLVIDARLO, la gran controversia entre Cristo y Satanás es la fuerza motivadora detrás de la realidad. Las guerras, los crímenes, la violencia y todo el hirviente caldero de la tragedia humana son solo manifestaciones superficiales del conflicto comenzado en el cielo (Apocalipsis 12:7), una lucha universal que impacta a todo humano y a toda la creación (Romanos 8:20-22).

Sin embargo, no debemos olvidar que el gran conflicto no tiene que ver con el petróleo de Medio Oriente, o con los cambios geopolíticos militares o económicos. Tiene que ver con la salvación de la raza humana, un alma por vez. Las naciones y las estructuras de poder vienen y van, los grandes temas de la historia y las ideologías vienen y van; solo los salvados, los que están cubiertos con el manto de la justicia de Cristo, permanecerán para siempre. Satanás no se interesa por el dinero, el poder o la política, sino por las almas: cómo llevar a la ruina a tantas como pueda. Cristo, por medio de su muerte, ha hecho posible salvar a todos de esa ruina. La esencia de la gran controversia es, en el fondo, que las personas elijan la ruina eterna o la vida eterna. Todo el resto es solo espuma.


Domingo 22 de mayo

CELOSO POR JERUSALÉN

Lee Zacarías 1 y 2. Aunque puedas no comprender todos los detalles y los símbolos, ¿cuál es el mensaje que Dios está dando aquí a su pueblo? ¿Cuál es el trasfondo de estos eventos? ¿Qué claros principios bíblicos se ven en estos capítulos, qué promesas se hacen, qué esperanza se ofrece al pueblo de Dios, y bajo qué condiciones? ¿Cómo se manifiestan esos mismos principios entre nosotros hoy, sin tener en cuenta cuán diferentes son nuestras circunstancias inmediatas en contraste con la situación descrita en Zacarías?

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Aunque Jerusalén yacía en ruinas por causa de la conquista de los babilonios setenta años antes, Dios dio esperanza para el futuro de la ciudad. Zacarías recibió el mensaje de Dios de que no solo el Templo sería reedificado sino también Jerusalén.

Zacarías comenzó declarando a sus oyentes que Dios se había enojado “en gran manera” con sus padres. Pero Zacarías inmediatamente dio ánimo a los que escuchaban, al asegurarles que, si se volvían a Dios con humildad y arrepentimiento, él se volvería a ellos (Zacarías 1:1-3). Las visiones de Zacarías tenían el propósito de dar fortaleza e inspiración para continuar la edificación del Templo de Jerusalén, a fin de adorar a Dios.

Después de la primera visión de Zacarías, relatada en el capítulo 1, Dios le dio un ánimo increíble al decir: “Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion” (versículo 14).

Y luego esto: “Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalén” (versículo 16).

El hombre con la plomada describió los planes para la reconstrucción de la ciudad de Jerusalén y del Templo en tiempos de Zacarías. La construcción del Templo parecía como una imposibilidad, porque solo tenía puesto el fundamento.

Justo antes de la visión de Zacarías de las vestiduras viles de Josué, él recibió un mensaje de promesa para comunicar a los judíos. Está registrado en Zacarías 2:10 al 13. Dios les dijo: “Canta y alégrate”, y luego les prometió vivir con ellos. Cuán animador debió haber sido este mensaje para el pueblo de Dios, que intentaba unirse para adorarlo.


Lunes 23 de mayo

EL ACUSADOR Y EL ACUSADO

Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle” (Zacarías 3:1). ¿Qué verdades importantes, en el contexto del gran conflicto (y en el contexto de la visión misma) se revelan aquí?

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Unos pocos puntos vitales se presentan sólidamente aquí. Primero, el acusado es Josué, el sumo sacerdote, que está como un representante de todo el pueblo de Dios. Descrito en esta visión como un sacerdote que se enfrenta a Dios, Josué representa a Israel con todas sus faltas, limitaciones y pecados. No hay dudas: el pueblo no es inocente, no merece la restauración que Dios le ofrece y que él reclama para sí con fe y arrepentimiento.

Y Satanás está allí para acusarlos, para alegar contra su arrepentimiento, y contra su deseo de encontrar la misericordia y la gracia de Dios. ¿Qué mejor manera de desanimar a la gente, en la gran controversia, que hacerle pensar que sus pecados son demasiado grandes para que Dios los perdone? ¡Cuántas almas, a lo largo de la historia, y aún hoy, han caído presas de este malvado ardid de Satanás! Esta amenaza tiene tanta fuerza porque no tiene que mentir acerca de nuestros pecados. Solo tiene que recordarlos y, si no supiéramos acerca de la gracia de Dios, quedaríamos aplastados con un sentido de desesperación. Aun sin un acusador que los eche en cara ante Dios, nuestros pecados son más que suficientes para condenarnos.

El verbo hebreo traducido aquí como “acusar” viene de la misma palabra que “Satán”; son las mismas tres consonantes hebreas, que forman la base de ambas palabras. No hay dudas, Satanás es el acusador: “Oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche” (Apocalipsis 12:10).


Aunque no es bueno meditar en nuestros pecados, a veces es necesario mirarlos seria y honestamente. ¿Qué cambios debes hacer en tu vida, y qué promesas bíblicas puedes recla­mar para que esas promesas sean reales y efectivas? Piensa en lo que está en juego si permites que el pecado te domine.


Martes 24 de mayo

EL ÁNGEL DE JEHOVÁ

Hasta aquí, en Zacarías 3, nos hemos concentrado en dos personajes: Satanás y el sumo sacerdote Josué. Pero hay un tercer personaje, que es la figura central en la narración: “el ángel de Jehová”.

¿Quién es “el ángel de Jehová”? Ver Éxodo 3:2-14; Zacarías 3:1, 2.

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Lo que vemos aquí, en forma gráfica, es un microcosmos del gran conflicto, una batalla que se pelea por cada alma que ha entregado su vida en las manos de Jesús con fe y arrepentimiento. Recuerda el contexto: Israel, severamente castigado, “se humilló delante de Dios, y se volvió a él con verdadero arrepentimiento” (Joyas de los testimonios, tomo 2, p. 171). Fue en ese tiempo que se reveló la obra de Satanás como acusador. No se nos dice qué dijo; pero, según la historia bíblica, y dado lo que sabemos acerca de la naturaleza humana, probablemente no era un cuadro muy hermoso.

Lee Zacarías 3:1 al 3. ¿Qué nos indica la realidad de las vestiduras de Josué?

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El hecho de que Josué, como sumo sacerdote, haya sido considerado como si tuviera vestiduras viles solamente subraya la profundidad del pecado. Desde los primeros días del pacto entre Dios e Israel, el sacerdocio como un todo, los levitas, y el sumo sacerdote en particular, fueron especiales en la nación escogida, llamados por Dios para una función singular en Israel, una tarea y una función santas (Éxodo 38:21; Núm. 1:47-53; 3:12). Ellos, de todo Israel, deberían haber tenido, simbólicamente, las vestiduras más limpias.

El resto del capítulo deja bien en claro que, a pesar de su pasado y de sus falencias, “el ángel de Jehová” estaba allí para defenderlos contra las acusaciones de Satanás, sin tomar en cuenta cuán ciertas o falsas fueran esas acusaciones. “El ángel de Jehová”, Jesús, está allí para salvar y redimir. Esto es, sin excepción, la verdad más importante de toda la Escritura.

¡Cuán vital es que nunca olvidemos, sin importar nuestra indignidad, la función del “ángel de Jehová” en nuestro favor! ¿Cómo podemos recordar esta verdad en todo momento, y no engañarnos a nosotros mismos llegando a falsas conclusio­nes? ¿Cuáles podrían ser algunas de esas falsas conclusiones? Prepárate para analizar tu respuesta en clase el sábado.


Miércoles 25 de mayo

CAMBIO DE VESTIMENTA

Lee con cuidado y oración todo el capítulo 3 de Zacarías; observa los pasos del proceso. El pueblo de Dios, aunque es pecador, se salva. ¿Qué puedes aprender acerca del plan de salvación por medio de esta visión?

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En los versículos 3 al 5, antes de poner ropas nuevas sobre Josué, se le quitan las vestiduras viejas y viles. El texto indica que Dios ha “quitado de ti tu pecado” (versículo 4). Sin embargo, ¿qué significa eso en la vida de la persona redimida? ¿Estaba Josué sin pecado, perfecto de corazón, alma y mente, para nunca caer o pecar otra vez? ¿Era ese el estado que debía alcanzar Josué antes de que se pusieran sobre él las vestiduras nuevas? Si es así, ¿qué esperanza tendría cualquiera de nosotros?

En cambio, lo que significa es que la culpa y la condenación que le correspondían habían sido quitadas. Hablando de Josué aquí, Elena de White declaró: “Sus propios pecados y los de su pueblo fueron perdonados. Israel había de ser revestido con ‘ropas de gala’, la justicia de Cristo que le era imputada. La mitra, puesta sobre la cabeza de Josué, era como la que llevaban los sacerdotes, con la inscripción ‘Santidad a Jehová’, lo cual significaba que, a pesar de sus antiguas transgresiones, estaba ahora capacitado para servir delante de Dios en su Santuario” (Joyas de los testimonios, tomo 2, p. 172).

¿Qué le dice “el ángel de Jehová” a Josué en el versículo 7 después del cambio de vestimenta, y por qué es tan importante esa orden?

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Solo después de que se le dio esa ropa especial, Josué recibió la amonestación de obedecer al Señor y de andar en sus caminos. Eso no debe ser pasado por alto: la justicia de Cristo le fue otorgada por fe, le fue acreditada aparte de andar en “mis caminos” o de guardar “mi ordenanza”. Estos mandamientos vinieron después porque, si hubieran venido antes, habrían sido inútiles. Aparte de ser cubierto con esa “ropa de gala” (Zacarías 3:4), todos sus esfuerzos lo hubieran dejado solo con las mismas vestiduras viles con que había comenzado.



Jueves 26 de mayo

UNA INTERCESIÓN EFICAZ”

Hay muchos cristianos que no han experimentado el manto de la justicia y no comprenden su potencial. Sin embargo, esta experiencia es vital para quien desee tener paz y gozo en su relación con su Señor.

Muy a menudo somos motivados para hacer el bien a fin de que “podamos ser salvos”. El mensaje aquí, en Zacarías, debería mostrarnos que no es así como puede operar. Otra vez, Elena de White dice lo siguiente acerca de lo que pasaba en la visión:

Pero, aunque debemos comprender nuestra condición pecaminosa, debemos fiar en Cristo como nuestra justicia, nuestra santificación y redención. No podemos contestar las acusaciones de Satanás contra nosotros. Solo Cristo puede presentar una intercesión eficaz en nuestro favor. Él puede hacer callar al acusador con argumentos que no están basados en nuestros méritos, sino en los suyos” (Joyas de los testimonios, tomo 2, pp. 174, 175).

Esa última oración debería quedar grabada en el corazón del pueblo de Dios, una verdad que debemos conocer y experimentar, aprendiendo a depender, momento tras momento, no de nuestras buenas obras, sino solo de los méritos de Cristo. O, para ponerlo en las palabras de David: “Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado” (Salmo 32:1).

Recordando lo que hemos visto en Zacarías 3, lee Efesios 2:8 al 10; Juan 14:15; y Romanos 6:1 al 4. ¿De qué modo estos versículos nos ayudan a comprender todo lo que está involucrado en lo que hemos visto en Zacarías acerca de lo que significa vestir “ropas de gala”?

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Ahora que Josué estaba cubierto con la ropa de santidad, su vida debía reflejar esa santidad. Debemos ejercer todo el poder dado por Dios, que se ofrece al alma, para tener la victoria sobre el pecado. Ningún pecado debería ser tolerado o excusado en nuestras vidas, ya que hay tantas promesas de victoria para aquel que se ha entregado a Cristo. La vida de Cristo demostró que podemos vivir en obediencia a la ley de Dios. Cuando pecamos, estamos eligiendo pecar. Cuán importante es que siempre pensemos seriamente en las implicaciones de nuestra elección.


¿Cuáles son los pecados con los que luchas tú, especialmen­te? ¿Qué promesas puedes reclamar, que te fueron prometidas por Cristo, a fin de que puedas tener la victoria sobre ellos?


Viernes 27 de mayo

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “Comentarios de Elena G. de White”, Comentario bíblico adventista, t. 4, pp. 1.199, 1.200; “Josué y el ángel”, Profetas y reyes, pp. 427-435; “La fuente del poder vencedor”, Palabras de vida del gran Maestro, pp. 133, 134; “Josué y el ángel”, Joyas de los testimonios, t. 2, pp. 170-179.

Cuando Satanás trata de cubrir al pueblo de Dios con negrura y arruinarlo, Cristo se interpone. Aunque ha pecado, Cristo ha tomado la culpabilidad de su pecado sobre su propia alma. Ha arrebatado a la especie humana como tizón del fuego. Por su naturaleza humana, está unido al hombre, mientras que por su naturaleza divina es uno con el Dios infinito. La ayuda está puesta al alcance de las almas que perecen. El adversario queda reprendido. [...]

No obstante los defectos del pueblo de Dios, Cristo no se aparta de los objetos de su cuidado. Tiene poder para cambiar sus vestiduras. Saca sus ropas contaminadas y pone, sobre los que se arrepienten y creen, su propio manto de justicia, y escribe ‘Perdonado’ frente a sus nombres en los registros del cielo” (Palabras de vida del gran Maestro, p. 133).

Mientras el pueblo de Dios aflige su alma delante de él, suplicando pureza de corazón, se da la orden: ‘Quitadle esas vestimentas viles’ y se pronuncian las alentadoras palabras: ‘Mira que he hecho pasar tu pecado de ti, y te he hecho vestir de ropas de gala’ (Zacarías 3:4). Se pone sobre los tentados y probados, pero fieles, hijos de Dios el manto sin mancha de la justicia de Cristo. El remanente despreciado queda vestido de gloriosos atavíos, que nunca han de ser ya contaminados por las corrupciones del mundo” (Profetas y reyes, p. 434).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Como clase, repasen las respuestas que dieron a las preguntas finales de la sección del martes.

  2. Medita más sobre el hecho de que fue solo después del cambio de vestiduras que Josué recibió la orden de obedecer. ¿Por qué eso es tan importante para que lo recordemos? ¿Qué nos indica esto sobre en qué está basada nuestra salvación, a diferencia de cuáles son los resultados de la salvación?

  3. Piensa en las buenas noticias de que, sin tomar en cuenta cuán contaminadas estén nuestras vestiduras, se nos puede dar una vestidura nueva. ¿Qué debería significar esto en tu propia vida, en tus actitudes, en tu manera de mirar el mundo y a otros, sabiendo que se te ha otorgado esta ropa completamente nueva, que revela la vida nueva que se te ofrece en Cristo?


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