julio 05, 2010

Escuela Sabatica. Leccion 2, Tercer Trimestre 2010, "Judios y Gentiles"

Lección 02: para Julio 10

Judíos y Gentiles

Sábado 3º de Julio

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Levítico 23, Mateo 19:17; Hechos 15:1-29; Gálatas 1:1-12; Hebreos 8:6; Apocalipsis 12:17

PARA MEMORIZAR:

Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Juan 1:17).


LOS PRIMEROS CONVERSOS al cristianismo eran todos judíos, y el Nuevo Testamento no dice que se les pidió que abandonaran la práctica de la circuncisión o las fiestas judías. Pero cuando los gentiles aceptaban el cristianismo, surgieron preguntas importantes. ¿Debían los gentiles cir­cuncidarse o guardar las demás leyes judías? Se reunió un concilio en Jerusalén para resolver el asunto (ver Hechos 15).

El concilio decidió no imponer leyes judías a los gentiles, pero algu­nos maestros insistieron en que los conversos gentiles debían guardar esas leyes, incluso la circuncisión.

Estos problemas existen hoy, solo que en una forma diferente. ¿Cuán a menudo se nos acusa de ser judaizantes, o legalistas, por nuestra adhe­sión a los Diez Mandamientos (en realidad, al mandamiento del sábado)? ¿O se nos dice que ahora estamos bajo el Nuevo Pacto, y así la ley (el mandamiento del sábado) ha sido eliminada?

Además, a veces nos confrontan los que quieren imponer más reglas del Antiguo Testamento. Por esto, Romanos tiene un mensaje importante para nosotros hoy, como lo tuvo para la iglesia de Roma en ese entonces.


Domingo 4 de julio

MEJORES PROMESAS

Lee Hebreos 8:6. ¿Cuál es el mensaje aquí? ¿Cuáles son estas “me­jores promesas”?

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Tal vez la mayor diferencia entre la religión del Antiguo Testamento y la del Nuevo es que esta última comenzó con la venida del Mesías. Jesús fue enviado por Dios como el Salvador. No se lo puede ignorar y ser salvo. Solo por medio de la expiación que él proveyó pueden ser perdonados nuestros pecados. Solo por la imputación de su vida perfecta podemos estar delante de Dios sin condenación. La salvación es solo por medio de la justicia de Jesús.

Los santos del Antiguo Testamento esperaban las bendiciones de la era mesiánica y la promesa de la salvación. En los tiempos del Nuevo Tes­tamento, la gente se confrontaba con la pregunta: ¿Aceptaremos a Jesús de Nazaret, a quien Dios ha enviado como el Mesías, el Salvador? Si creían en él, y lo aceptaban como el que realmente era y se comprometían con él, serían salvos por medio de la justicia que él les ofrecía libremente.

No obstante, los requerimientos morales permanecían sin cambiar en el Nuevo Testamento, porque estaban fundados en el carácter de Dios y en el de Cristo. La obediencia a la ley moral de Dios es parte del Nuevo Pacto tanto como del Antiguo.

Lee Mateo 19:17; Apocalipsis 12:17; 14:12; y Santiago 2:10 y 11. ¿Qué nos dicen estos textos acerca de la ley moral en el Nuevo Testa­mento?

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Al mismo tiempo, las leyes rituales y ceremoniales que eran distin­tivamente israelitas, vinculadas con el Antiguo Pacto y que señalaban a Jesús, su muerte y su ministerio como Sumo Sacerdote, cesaron y se in­trodujo un nuevo orden, basado en “mejores promesas”.

Una de las metas de Pablo en el libro de Romanos era ayudar a judíos y a gentiles a comprender lo que involucraba esta transición del judaísmo al cristianismo. Iba a tomar tiempo hacer esa transición.

¿Cuáles son algunas de tus promesas favoritas de la Biblia? ¿Cuán a menudo reclamas su cumplimiento? ¿Qué elecciones haces que pueden impedir el cumplimiento de esas promesas en tu vida?



Lunes 5 de julio

LEYES Y REGLAMENTOS JUDÍOS

Hojea el libro de Levítico (por ejemplo, los capítulos 12, 16 y 23). ¿Qué piensas cuando lees todas esas reglas y ritos? ¿Por qué muchos eran prácticamente imposibles de seguir en tiempos del Nuevo Testamento?

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Clasifiquemos las leyes del Antiguo Testamento en varias categorías: 1) leyes morales; 2) leyes ceremoniales; 3) leyes civiles; 4) estatutos y juicios; y 5) leyes de salud.

Esta clasificación es algo artificial. Algunas de estas categorías están interrelacionadas o se superponen. Los antiguos no las veían como sepa­radas y diferentes.

La ley moral está expresada en los Diez Mandamientos (Éxodo 20:1- 17) y resume los requisitos morales de la humanidad. Son amplificados y aplicados en varios estatutos en los cinco primeros libros de la Biblia, que muestran cómo guardar la ley de Dios en diversas situaciones.

Las leyes civiles estaban basadas en la ley moral. Definen la relación de un ciudadano con las autoridades civiles y con sus conciudadanos. Indican las penas por diversas infracciones.

La ley ceremonial regulaba el ritual del Santuario, describiendo las diversas ofrendas y las responsabilidades de los ciudadanos. También de­finía los días de fiesta y su observancia.

Las leyes de salud se superponen con otras leyes. Las leyes relaciona­das con la impureza definen la impureza ceremonial, pero también inclu­yen principios de higiene y salud. Las leyes acerca de las carnes limpias e inmundas están basadas en consideraciones físicas.

Los judíos consideraban que estas leyes procedían de Dios, pero las diferenciaban. Los Diez Mandamientos habían sido pronunciados por Dios directamente a la gente y por ello tenían importancia especial. Las otras leyes habían sido dadas a través de Moisés. El ritual del Santuario se practicó solo mientras el Santuario estuvo en actividad.

Las leyes civiles, en gran parte, no se podían imponer después de que los judíos perdieron su independencia y estuvieron bajo el control civil de otra nación. Los preceptos ceremoniales no podían observarse después de que el Templo fue destruido. Además, con la venida del Mesías, muchos de los tipos (o símbolos) encontraron su realidad y ya no tenían validez.


Martes 6 de julio

¿QUÉ DEBO HACER PARA SER SALVO?”

Lee Hechos 15:1. ¿Qué problema causó disensión? ¿Por qué al­gunas personas creían que esto no era solo para la nación judía? Ver Génesis 17:10.

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Mientras los apóstoles, unidos a ministros y miembros laicos de An­tioquía, trataban de ganar almas para Cristo, ciertos creyentes de Judea, “de la secta de los fariseos”, introdujeron un tema que llevó a una con­troversia en la iglesia y consternó a los creyentes gentiles. Estos maestros afirmaban que, para ser salvo, había que circuncidarse y guardar toda la ley ceremonial. Los judíos se enorgullecían del servicio del Santuario establecido divinamente, y muchos conversos al cristianismo sentían que si Dios había ordenado a los hebreos la manera de adorar, era improbable que autorizara cambios en ella. Insistían en que las leyes y ceremonias judías debían ser incorporadas al cristianismo. Eran lentos para discernir que todos los sacrificios habían prefigurado la muerte del Hijo de Dios, donde el símbolo se había encontrado con la realidad, y que los ritos y ceremonias del sistema mosaico ya no eran obligatorios.

Lee Hechos 15:2 al 12. ¿De qué modo se resolvió esta disputa?

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Aunque [Pablo] esperaba que Dios lo guiara directamente, estaba siempre listo a reconocer la autoridad impartida al cuerpo de creyentes unidos como iglesia. Sentía la necesidad de consejo; y cuando se levanta­ban asuntos de importancia, se complacía en presentarlos a la iglesia, y se unía con sus hermanos para buscar a Dios en procura de sabiduría para hacer decisiones correctas” (Los hechos de los apóstoles, p. 165).

Pablo, quien a menudo hablaba acerca de cómo Jesús lo había lla­mado y le había dado su misión, estaba dispuesto a trabajar con la iglesia. Se daba cuenta de que era parte de la iglesia y que debía trabajar con ella tanto como fuera posible.

¿Cuál es tu actitud hacia el liderazgo de la iglesia? ¿Cuán cooperati­vo eres? ¿Por qué tu cooperación es importante? ¿Cómo podríamos avanzar si cada uno hiciera lo que quisiera, independientemente del conjunto de creyentes?



Miércoles 7 de julio

NINGUNA CARGA MÁS”

Lee Hechos 15:5 al 29. ¿Qué decisión tomó el concilio y cuál fue su razonamiento?

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La decisión fue contraria a los judaizantes. Estas personas insistían en que los conversos gentiles debían circuncidarse y guardar toda la ley ceremonial, y que “las leyes y ceremonias judías debían incorporarse en los ritos de la religión cristiana” (Los hechos de los apóstoles, p. 156).

En el versículo 10, Pedro pintó estas leyes antiguas como un “yugo” que era difícil de llevar. Dios, que instituyó esas leyes, ¿las haría un yugo para el pueblo? Difícilmente. En cambio, a lo largo de los años y usando sus tradiciones orales, algunos de los líderes transformaron muchas de esas leyes, que tenían la intención de ser bendiciones, en una carga. El concilio procuró evitar a los gentiles esas cargas.

No hay ninguna sugerencia de que los gentiles no debían obedecer los Diez Mandamientos. Después de todo, ¿podríamos imaginarnos al concilio diciéndoles que no comieran sangre, pero que ignoraran los man­damientos contra el adulterio o el asesinato?

¿Qué reglas se dieron a los gentiles, y por qué se les dieron esas reglas específicas (Hechos 15:20, 29)?

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Aunque los creyentes judíos no debían imponer sus reglas y tradicio­nes a los gentiles, el concilio quería que los gentiles no hicieran cosas que pudieran ser consideradas ofensivas por los judíos que estaban unidos a ellos en Jesús. Por eso, los apóstoles y los ancianos acordaron instruir a los gentiles por carta que se abstuvieran de carnes ofrecidas a los ídolos, de la fornicación y de comer sangre. Algunos dicen que, como la observancia del sábado no se mencionó específicamente, no debía imponerse a los gentiles (por supuesto, los mandamientos contra mentir y asesinar tam­poco fueron mencionados, de modo que el argumento no tiene sentido).


¿Podríamos nosotros, de alguna manera, estar poniendo cargas que no son necesarias y que son más una tradición que un mandato di­vino? Si es así, ¿cómo? Comparte tus pensamientos con la clase el sábado.

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